Inspiration

miércoles, 24 de junio de 2015

Sé que por mucho que pase, no podré volver a verte sonreír; y es precisamente esa una de mis mayores penas. Pero también sé que es la angustia por el paso del tiempo, lo que nos hace hablar del tiempo que hace. Conozco las consecuencias de días como estos, así que hoy quiero romper con lo preestablecido y echarte de menos no porque sea un día diferente, sino porque se ha convertido en un añadido más a mi persona. Quiero seguir siendo la que tiene doble alma, la que lleva dos corazones, y la que se encarga de coger tus metas y llevarlas en el bolso, cual complemento, para irlas consiguiendo. Hoy soy feliz por poder decir bien alto que seguimos soplando velas aunque no estés. Para mí, siempre continuarás cumpliendo años, y nosotras los festejaremos. Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está, de esta forma, el hombre se hace inmortal.

lunes, 15 de junio de 2015

Ellas son lo más bonito que ha conocido Madrid; las sesileidis que alegran las noches de la Nuit y los días en Atocha; los cuatro soles que han amenizado estos fabulosos cinco meses en la capital; las resacas mejor acompañadas por un desafinado saxofón en el Reina Sofía, y los primeros nombres que susurrar ante cualquier situación: sean lágrimas o risas. Hoy quiero brindar por el simple hecho de contar con ellas, porque muy pocas personas tienen esta suerte. Independientemente de nuestras diferencias; eso es lo que nos hace ricas. Y quiero agradecerles el haber estado a mi lado, siempre. Dispuestas a una mesa redonda en el Burger King que nunca llegué a conocer; a coger comida prestada de frigoríficos ajenos; a cantar en el metro y avergonzar al que nos rodee; a reírnos; reírnos de nosotras y de lo bien que se nos da ridiculizarnos. Lo valioso de estos meses es que aun estando lejos de casa, el vacío que marca la distancia ha quedado embaucado por amor, cariño, y sobre todo amistad. Me muero de pena. Por tener que compartir con la distancia nuestras aventuras y no tener otro año donde poder comernos la ciudad. Sin embargo, me invade la certeza de que por mucho que nos alejemos o nos perdamos, siempre vamos a volver a nuestro punto de partida en cuanto toque reencontrarse. Y las voy a echar de menos, no porque sin ellas todo vaya a ser más difícil, sino porque con ellas me sentía viva. Feliz. Y les debo la mayor parte de mis sonrisas. Por sacármelas, por cuidarlas. Hoy brindo por el orgullo de poder decir que tengo a las mejores amigas del mundo.

 Qué será de Madrid, sin nosotras cinco