Inspiration

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Hay ocasiones en las que te das cuenta de que las oportunidades van y vienen, pero nunca vuelven. Por eso nos pasamos la vida eligiendo entre una cosa u otra. Al fin y al cabo, nosotros mismos somos una sucesión de decisiones que nos han ido transformando en lo que hoy nos hemos convertido. Sí quiero o no quiero; carne o pescado; me levanto o duermo 5 minutos más. Da vértigo pensar que todo lo que hacemos provoca una reacción en cadena que nos presenta ante nuevas decisiones. Como una fila de fichas de dominó. Y de la misma forma que unas decisiones dependen de otras, parece como si aplicáramos la teoría de los juegos en nuestra vida, y de repente nuestras elecciones estuvieran a la espera de las de la gente que nos rodea. Porque hay ocasiones en las que no importa tanto lo que a ti te apetezca, sino lo que queremos hacer teniendo en cuenta lo que harán los demás. Tú primero. Y luego todo lo demás.



Imagina que ese día no llegas a salir 10 minutos antes, porque sí quedaba leche en la nevera y pudiste desayunar tranquilo. No te hubieras cruzado con esa chica especial, con la que compartiste las miradas más intensas de la semana. La que abofeteó a tu mala suerte, y te hizo crecer 10 centímetros aquella mañana. Tocando el cielo. Y por la que tuviste un día excelente, lo que supuso que tu jefe se diera cuenta y te felicitara por tu buen informe. Estabas de tan buen humor que al salir decidiste parar y comprarle un dulce a tu madre, para sacarle una sonrisa. Y llegando a su casa, te convencen para comprar un boleto de lotería que resultaría premiado el fin de semana. ¿Y si los fabricantes de cartones de leche hubiesen decidido hacer tetrabriks más grandes?

No sé si existe el destino. O si las decisiones juegan a tentarnos para que no dejemos pasar las grandes oportunidades que nos ofrece la vida. No sé si estás aquí por elección propia o caprichosa. Ni si quiera sé si decidirás quedarte mucho tiempo. Pero yo, volvería a elegirte. Una y otra vez. De otra forma y otro día. Pero contigo, siempre / donde / quieras.

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